Estrés y autoexigencia: problemas para algunas mujeres

Aunque en la actualidad se habla mucho de la sexualidad de la mujer, todavía existen ciertos reparos a la hora de contar los problemas que pueden existir en una vida sexual activa que no funciona del todo bien.

Una de esas cuestiones que muchas veces rondan en la mente de algunas mujeres tiene que ver con el orgasmo, al que en ocasiones no se logra acceder por diferentes situaciones que no se saben cómo manejar ni controlar.

Por ejemplo, a pesar de que no se diga, el hecho de estar estresada o de no tener deseo sexual puede afectar en gran medida la posibilidad de alcanzar el clímax, algo que a veces sucede muy seguido pero que las mujeres prefieren callar para evitar incomodar a la pareja.

Estrés constante

Uno de los principales factores que disminuyen las chances de llegar a un orgasmo se relaciona específicamente con el estrés. Aquellas mujeres que tienen preocupaciones relacionadas con su trabajo, con sus hijos y que deben cumplir ciertos horarios, son aquellas que más afectada ven su vida sexual.

“Para que el organismo llegue fácilmente al orgasmo necesita que haya un grado de relajación bastante alto. El organismo puede llegar a sentir deseo y excitación (que son las dos fases previas del orgasmo) con cierto nivel de estrés y de cansancio, pero la fase final del orgasmo sí necesita que estemos relajados”, indicó en declaraciones a la BBC Mundo Héctor Galván, director clínico del Instituto Madrid de Psicología y Sexología.

Experiencias negativas previas

Muchas veces la mujer puede haber vivido experiencias traumáticas anteriores a su actual relación de pareja, por lo que además de reconocer este factor, es importante charlarlo con el otro para poder ser comprendida y apoyada.

Sin embargo, en ocasiones ocurre que la situación no puede ser controlada por la persona, con lo cual es muy importante acceder a una consulta con un especialista que pueda colaborar a la hora de enfrentar el trauma. 

“En este tipo de situaciones hay que hacer bastante trabajo individual. Es muy delicado porque la situación que vivió puede provocarle mucha vergüenza o miedo y, en algunos círculos, puede causar que sea rechazada”, explicó Galván.

Estimulación ineficaz

En algunas oportunidades sucede que antes del comienzo de la relación sexual, la pareja intenta hacer un juego donde se le da mucha importancia a la estimulación previa a la penetración.

Lo que ocurre es que, aunque se le dedique más o menos tiempo a la fase, a veces puede no resultar efectivo porque el otro no sabe cómo hacer que la pareja disfrute.

Lo interesante de este punto es destacar la comunicación que debe existir entre ambas personas, ya que puede resultar muy bueno que la mujer le indique al otro qué hacer, cómo, con qué ritmo y en qué parte de su cuerpo.

Hablar sobre las dificultades

En una relación sexual, ninguno de los que participa puede adivinar lo que el otro siente. Lo único que sí se puede hacer es guiarse por los gestos y comentarios de la pareja, quien puede mentir para evitar enojos o disgustos.

Por eso mismo, es importante que ambos se dirijan en el acto sexual, para indicar lo que gusta y lo que no. En base a esto, el especialista en sexología aclaró que es fundamental normalizar la comunicación no sólo antes y después del encuentro sexual, sino durante.

“A veces viene la mujer sola porque le da miedo herir el orgullo de su pareja y nos dice, en privado, que la pareja suele durar muy poquito y a ella no le da tiempo de alcanzar el orgasmo. Esa es una buena noticia porque trabajar la eyaculación precoz es bastante sencillo técnicamente. La solución es más simple que si hay otros problemas”, dijo el doctor Galván.

No sentir deseo sexual

La falta de deseo sexual se puede dar en muchas etapas de la vida de una mujer. Suele ocurrir por ejemplo durante el embarazo, después de dar a luz, en situaciones de estrés y en la menopausia.

Pero además, se sabe que la depresión, los traumas psicológicos, el uso de ciertos medicamentos y los desórdenes hormonales pueden tener un impacto notable a la hora de tener una relación sexual, lo que puede derivar en la falta del orgasmo.

Por eso es importante estar atentos a lo que el cuerpo humano indica, y si es necesario, someterse a revisiones médicas regulares para resolver los problemas que nos afectan.

La autoexigencia

Según comentó el especialista Galván, muchas veces ocurre que aquellas mujeres que tienen una personalidad un poco controladora, obsesiva y perfeccionista son las que más problemas tienen para alcanzar el clímax.

“Cuando en una determinada ocasión, una persona que habitualmente llegaba al orgasmo no lo consigue (y presenta un perfil autoexigente) a partir de ahí, de cara a las siguientes relaciones, empieza a observarse, a comprobar si puede alcanzar el orgasmo y esa actitud hace imposible conseguirlo porque ha creado una tensión enfocada en su propio rendimiento”, indicó, al mismo tiempo que añadió que lo importante es relajarse para que todo funcione bien.

Sentir dolor en la relación sexual

Muchos problemas ginecológicos no detectados pueden provocar que la mujer tenga síntomas como dolor o ardor y que eso se refleje en el acto sexual. Una vez que el cerebro relaciona un malestar con el sexo, se repercute inmediatamente en el deseo sexual, lo que lleva a no encontrar ganas de tener relaciones.

Algunas de las enfermedades más comunes que pueden afectar a la mujer son el vaginismo (que es la contracción involuntaria de los músculos del tercio inferior de la vagina) y la dispareunia (que hace que las mujeres sientan un profundo dolor, ardor e incomodidad durante, antes o después del coito), mientras que la menopausia también es un factor que genera resequedad en la zona íntima y que puede producir dolor.

Problemas de pareja ocultos

Para finalizar, Galván aseveró que los problemas de pareja que no son hablados afectan mucho a la relación sexual, por lo que si la pareja detecta que la falta de química en la cama puede tener que ver con eso, lo mejor es conversar las diferencias para que no afecten en la vida sexual y en otros ámbitos fuera de ella.


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