Grandes anécdotas de Boca-River a lo largo de la historia

El otro tobillo: Previo a la final del Nacional de 1976, “Heber” Mastrángelo había terminado con un fuerte golpe en un tobillo en la semifinal y no se sabía si podía jugar. El lunes, durante el día de descanso, el “Toto” Lorenzo, DT de Boca, convocó a la prensa al consultorio médico al tiempo que le pedía al médico que le venderá al jugador el tobillo izquierdo.

Cuando el entrenador y el futbolista se quedaron solos, este último le dijo: “Maestro, yo no me puedo ni mover y el tobillo que me duele es el derecho”. Con una pícara sonrisa, el Toto le respondió: “Vos jugas igual y te hice vendar el sano delante de la prensa, así Passarella te pega en ese y no en el lesionado”.

El día que Di Stéfano reemplazó a Amadeo Carrizo: En el campeonato de 1949 se jugaba un partido muy caliente en el Monumental y tras una brusca acción Amadeo Carrizo cae desvanecido por un golpe en el hígado y debe salir para que lo atiendan. River se queda sin su arquero y el que toma su lugar durante seis largos minutos fue nada más y nada menos que Alfredo Di Stéfano. El partido lo ganó River 1 a 0, con gol de Angel Labruna.

Diez extranjeros en las formaciones titulares: De los 22 jugadores que iniciaron el River-Boca del 6 de agosto de 1961 en el Monumental, 10 futbolistas eran extranjeros. En el Millonario saltaron a la cancha los brasileños Delem, Roberto y Moacyr Pinto, el español Pepillo y el uruguayo Domingo Pérez, mientras que el Xeneize puso entre los titulares a los brasileños Dino Sani, Paulo Valentim, Maurinho y Orlando, y al peruano Víctor Benítez. El resultado fue 2 a 2 y todos los goles fueron convertidos por los extranjeros (Moacyr y Pepillo para los locales, y Benítez y Valentim, para la visita).

Patadón de Pasucci a Ruggeri: El 27 de octubre de 1985 se enfrentaron en el Monumental. A comienzos de ese año, dos futbolistas surgidos de las inferiores e ídolos del club de La Ribera, abandonaron la institución y para colmo, pasaron a jugar al eterno rival: Oscar Ruggeri y Ricardo Gareca.

Faltando 15 minutos para el final del encuentro y cuando River se imponía por 1 a 0 con un gol de Alejandro Montenegro, Pasucci pegó lo que quizás fue la patada más escandalosa de la historia de los superclásicos. O simplemente, la más fuerte de la que haya registro en imágenes.

Pasucci fue a disputar una pelota con Ruggeri con los dos pies hacia adelante, con la clara intención de lastimar a su ex compañero. El “Cabezón”, que luego se consagraría campeón del mundo, dio varias vueltas en el césped, mientras que Pasucci levantó los brazos de cara a la tribuna de su equipo, que le devolvió una ovación, y se fue a los vestuarios antes de ver la tarjeta roja.

Boca hace de local en el Monumental y recibe a River: En 1984 Boca tenía la Bombonera clausurada y le alquiló el estadio a River en varias ocasiones. Y el 26 de junio, por el campeonato Metropolitano, llegó el superclásico con la localía invertida. El Xeneize recibió al Millonario en Núñez. El partido terminó 1 a 1 con otra curiosidad: los dos goles fueron convertidos por jugadores del club de la Ribera: Ariel Krasouski, a favor, e Ivar Stafuza, en contra.

Expulsión de Marzolini por el festejo de sus compañeros: El superclásico del 12 de marzo de 1972 se midieron en el Monumental por la primera fecha del Metropolitano. Boca ganó por 4-0 y la anécdota es que sus jugadores festejaban exageradamente los goles según la opinión del árbitro Juan Carlos Rodríguez.

Tras los tantos de Ramón Ponce y Hugo Curioni el juez le advirtió al capitán visitante, Silvio Marzolini, que no iba a tolerar un exceso más. Cuando llegó el cuarto de Boca y ante el alocado festejo de sus compañeros, el rubio defensor fue expulsado.

La mayor goleada de la historia: El 23 de diciembre de 1928, cuando el fútbol todavía era amateur, se registró la mayor goleada en los superclásicos. El encuentro se disputó en cancha de River y Boca empezó ganando a los 3 minutos con gol de Domingo Tarasconi.

Pero los sucesos raros comenzaron a suceder cuando promediaba la primera mitad. Dos jugadores de River, Gerónimo Uriarte y Alejandro Giglio fueron a buscar un centro en un corner, se cabecearon entre sí y ambos debieron salir producto de un traumatismo de cráneo.

Los locales siguieron jugando con 9 futbolistas porque en esa época aún no existían los cambios. Boca siguió atacando y Kuko y Cherro anotaron dos goles cada uno, para establecer un 5 a 0 lapidario. Sin embargo, cuando quedaban 10 minutos, otro jugador de River, Francisco Gondar, también dejó la cancha desmayado como consecuencia de un pelotazo en el estómago.

Once contra ocho, Tarasconi anotó el sexto tanto del equipo de La Ribera y en ese momento el árbitro dio por finalizado el partido, aunque faltaban varios minutos para el final.

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