Río Colorado: Las travesías de los Molina al estilo campero -galería-

(NOTI-RIO) La décima cabalgata llegó a su fin y mas allá de los rostros cansados y quemados por el sol, los hermanos Héctor, Edgardo y Carlos Molina se mostraron totalmente satisfechos y alegres de cumplir con una nueva travesía de casi 400 kilómetros, llevando apenas lo necesario para un recorrido a caballo y carros, donde la naturaleza les provee los alimentos para los seis días que duró el recorrido.

La travesía a caballo y en carros fue una nueva experiencia e inolvidable, totalmente diferente a las demás y a las que vendrán. Los hermanos  exploran año tras año sobre las monturas, una forma de vivir única e incomparable, palpando a pleno cada centímetro de la naturaleza y  reviviendo a cada instante el folclore de nuestra  cultura y tradición que en su caso heredaron de sus antepasados, descendientes directos de Indios patagónicos.

“Los Molina” partieron el miércoles 28 de marzo a las 7,15 horas, regresando de la “gira” el lunes 2 de abril unos minutos después de las 14 horas, tras recorrer casi 400 kilómetros, por los caminos polvorientos entre Río Colorado y Guardia Mitre por la ruta provincial 50, haciendo noche en pleno campo, donde descansaban unas horas y aprovechaban para alimentarse “de lo que les proveía la madre naturaleza, mucho mejor y más fresco de lo que se podía encontrar en una casa de comida.”“Jabalíes”, “vizcachas”, “liebres” y “martinetas”, fueron las carnes seleccionadas para los diferentes platos del día.

Alguna de las noches fueron “seducidos” por algún dueño de campo, como Edgardo Luengo, que los reconoció en el camino y luego de insistir los convenció de pasar una noche en su campo, donde compartieron una gran guitarreada, partido de truco y un buen asado de vaca, alrededor del fogón.

“Salimos de vacaciones seis días y sin plata, volvimos totalmente relajados y con algunos kilitos de más.” Bromeó Héctor apenas se bajaba de su caballo, que rápidamente señaló que comieron “asado de jabalí con cuero y varias noches cocinaron haciendo un pozo en la tierra”.

Los aventureros cada año trazan una ruta distinta que cruzan los distintos caminos rurales, con la intención de reconstruir los pasos de los antepasados que marcaron una historia en la Patagonia. Héctor, Edgardo y Carlos solo tardan unos 40 minutos en empacar lo necesario para salir de “viaje”, unas mantas, un pedazo de colchón, unas mudas de ropa, cuchillos, gomera, parrilla, una pava y una olla quemada por el fuego, un par de utensilios, sal, y unos kilos de harina para hacer unas tortas fritas improvisadas cuando se termina la galleta. No olvidan unas botellas de agua del pozo, raciones de comida para los caballos y las infaltables guitarras que serán las compañías inseparables de cada noche, antes de ir a dormir.

“No llevamos nada más de lo que realmente necesitamos. Para comer lo vamos viendo en el camino, si cazamos algo, eso será la cena y sino joderse, nos iremos a dormir con unos mates. Pero es imposible que un día no comamos carne, estos campos son infinitamente ricos. Solo tenemos que saber cómo hacer para cazar.” Dijo Edgardo mientras desataba su caballo.

“Nuestros padres que se criaron en estos campos nos enseñaron cosas y nosotros una vez al año, con el acompañamiento de nuestra familia, dejamos la modernidad de lado y salimos para sentir y vivir un poquito de lo que pasaba en esas épocas. Y la verdad son momentos inolvidables. Ojalá muchos de los que hoy viven en una rutina a gran  velocidad, pudieran ver la paz que existe en estas recorridas.” Comentó Carlos

EL EQUIPO.

Héctor Molina montado sobre el lomo del “Indio”.

Carlos Molina sobre un carro tirado por “La Porota”.

Edgardo “Garo” Molina en un carro tirado por “Caramelo”.

Y el trío se completa con los inseparables custodios, los perros, “Monzón”, “El Compañero” y “El Amigo.”

PRÓXIMA FECHA

El próximo 12 de Octubre y por el pedido de mucha gente, los Molinas, concretaran una cabalgata a un campo que estará abierta al público donde por el enteren despertado podrían reunir a más de un centenar de personas.

 

TIEMPO Y DISTANCIA.

Cada día se recorren entre 40 y 60 kilómetros dependiendo el estado de los caminos, el clima y el estado físico de los animales.

El primer día se recorrieron 55 kilómetros hasta la primera parada, en una zona de chañarales sobre la ruta 50 camino a Guardia Mitre.

La salida de la chacra por el camino alternativo fue minutos antes de las 7 de la mañana y pasadas las 18,30 horas fue el momento indicado para el descanso.El trayecto demando casi unas 10 horas.

LA COMPARACIONES:

El mismo circuito en una camioneta moderna demanda poco más de 30 a 40 minutos, dependiendo el estado del camino. En un vehículo chico demandó una hora y media.

CADA  DIA

Cada llegada y cada partida tienen una rutina de 30 a 40 minutos para preparar a los caballos para la salida o para desensillar para el descanso y darle de comer.

CADA LUGAR DE PARADA

Los hermanos Molina son conocedores de las zonas rurales y cada lugar seleccionado para el descanso y pasar una noche, cuenta con espacio para atar los caballos, un lugar cómodo para armar “los dormitorios” teniendo como techo el cielo estrellado y un lugar  seguro para prender el fuego donde se comienza con unos mates, mientras se pone a cocinar unos pedazos de carne, que en ocasiones puede ser alguna martineta, alguna liebre o perdiz casada durante el día.

UNAS VACACIONES

Frases que permanentemente ratifican los hermanos Molina es que esta “locura” son las vacaciones ideales para desenchufarse de los problemas diarios.“Te ahorras psicólogos y te olvidas de los dolores.”

“Acá no sirven los teléfonos celulares, ni las computadoras, sin reloj para no estar pendiente del tiempo. Salimos y cuando vemos que el sol comienza a bajar es el momento para parar. Y a la mañana cuando abrís los ojos y vez claridad en el horizonte es momento de levantarse.”Tampoco se lleva radio o equipos musicales. “Se tiene que aprovechar y aprender a escuchar el silencio del campo, (que cada tanto se rompe con el paso de algún vehículo que va o viene algún campo). Uno claramente puede escuchar cantar todas las aves que existen en la zona y poder ver que hay una gran variedad de especies.”

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