(NOTI-RIO) Una noche con ocho horas continuas con temperaturas bajo cero que superó que llegó a los 6 grados bajo cero fueron suficientes para provocar daños irreversibles en la producción frutícola de Río Colorado. Las pérdidas en fruta de carozo superaran el 80%, mientras que la fruta de pepita llegará al 70%. El impacto económico recaerá directamente en la vida cotidiana de la localidad.
El sector frutícola tuvo un evento similar en la temporada de 2016 cuando cinco días consecutivos de intensas y prolongadas heladas con oscilaciones entre los -6° y -10,7° dejaron profundas secuelas en la producción en la fruta donde se perdió entre el 70% y 100%.
El fenómeno se registró durante los primeros minutos del sábado pasado, con el cero grado y fue en aumento con el correr de las horas y las bajas temperaturas se mantuvieron hasta las 8 de la mañana.
Ya con las primeras horas de luz era visible el daño en la floración como en los primeros frutos, aunque la gran mayoría de los productores buscaron ser cautos, manteniendo las esperanzas de una temporada que comenzaba a ser excelente en cantidad como en calidad y esperar unos días antes de confirmar la peor noticia del año.
“Todo el esfuerzo y las inversiones previa para soñar con un buen año, fueron a parar al tacho. Todos los esfuerzos fueron inútiles. Perdimos prácticamente el año. Calculamos que será muy poquito lo que podremos sacar para vender.” Se lamentó uno de los propietarios de una chacra en Colonia Juliá y Echarren.
Aunque aún no se pudieron confirmar algunos datos, también las heladas afectaron una porción importantes de las verduras tempraneras.
Ni el fuego ni el riego por aspersión fueron suficientes para doblegar a los intensos fríos que se extendieron por más de 8 horas.
En los primeros resúmenes que se fue recabando en la Cámara de Productores, además de la extensa noche de helada, uno de los factores que “colaboró” para causar da los daños, fue la escases de agua en los canales.
El agua no fue sufriente, no alcanzó y quedar en evidencias que las obras que se habían realizado para asegurar el llaneado de los canales para afrontar estas situaciones, fracasaron y nunca funcionaron.
La localidad cuenta con aproximadamente unas 300 hectáreas con producción de frutas de carozo, que en un año normal le permiten al chacarero sostener el resto de la producción de la zona.
Para afrontar anualmente las heladas, un 30% de la superficie está resguardada con riego por aspersión y el resto de los chacareros defiende haciendo fuego o inundando los cuadros con agua (el riego por manto).
Hay chacareros que no realizan ninguna defensa y quedan librados a su suerte.
Los datos obtenidos por “Río Negro” dan cuenta que se perdió el 90% del durazno, en ciruelas 90%, ciruelas comunes 70%, un 90% cerezas. En pepitas (peras y manzanas) donde las plantas tienen sus floraciones avanzadas y frutos a la vista, quedaron quemadas que està demostrando claramente a simple vista futuras mermas en la producción.
Lo concreto es que ni los que cuentan con medios efectivos ni los más modestos, estaban preparados para las heladas tan intensas y que duraran tantas horas, con el agravante que este año el agua no alcanzó.